Hacía como media eternidad que no me postraba ante el papel y la tinta que, en un pasado que apenas recuerdo, sirvió de refugio y desahogo de mi entonces virgen ignorancia. Lo más banal era catástrofe para mí. Y el amor era la principal meta de mis idealizados sueños de niñato entusiasta e inmaduro. ¡Ay, cuán diferentes serían mis escritos entonces, si hubiera sabido la montaña rusa de sentimientos que quedaba ante mí por recorrer! Todo lo que no lloré en niñez, brota ahora en los momentos más inoportunos. No me apetece recordar todos los baños de los diferentes locales de noche de mis dos ciudades que han tenido que soportar los sollozos que en público no quise mostrar.
Toda la frialdad que las tragedias de mi vida me habían proporcionado, se desvanecía al instante. El muro que conformaba mi defensa no es más que cascotes grises derribados a bombazos de sensaciones que nunca pude imaginar. "Te has vuelto un blando". Quizás estaba harto de construir un muro sin ventanas. Harto de la fortificación que me aislaba hasta de mí mismo. "Just another brick in the Wall".
El día que eché abajo todas las piedras, vi cómo entraba la luz. Y era hermosa. El sol lucía en lo alto. Todo era verde ahí abajo. ¡Hay vida! Toda la vida que me quitaron cuando no pude defenderme... Empecé a alimentarme de las cosas hermosas de esa vida... y, poco a poco, a utilizar las piedras de mi muro para construir algo grande, fuerte y duradero...
Pero no es fácil. Muchas piedras pesan demasiado y, la mayoría, no puedo levantarlas sin ayuda... una ayuda que me canso de esperar... Otros bloques simplemente están demasiado desconchados y no sirven. Y los que consigo colocar, algunos pierden el equilibrio. Y caen.
Muchas cosas que tuve y que perdí, y que nunca recuperaré. Perdí la ilusión de volver a recuperarlos. Sólo me preguntaba: "¿Para qué?". No me sirven de nada. Ya, ni siquiera, para ese sentimiento de autorealización que antes motivó casi toda mi obra.
Casi toda la culpa la tiene esta sociedad, que disfraza la injusticia bajo leyes de igualdad. Donde la moral se somete a la lujuria, al deseo y la traición. El egoísmo al servicio del placer personal. Nos pisoteamos unos a otros. Nos devoramos para nuestro propio beneficio o disfrute. Incluso obramos mal por puro aburrimiento. Es lamentable. Yo no me considero mala persona... Nadie lo hace... Pero sé que también hago mal. Soy capaz de matar con dos palabras, resucitar con otras dos, confundir con tan sólo cuatro y morir con ninguna... Es fácil. Piensa sólo en ti... Serás feliz...
Estoy cansado. Más que cansado, incluso aburrido. Aburrido de las farsas y del qué dirán hipócrita de las personas, si se me permite llamarlas así... De la libertad de un sistema democrático que nos prohíbe nuestro propio sistema...
Estoy cansado. De todos los maricones, que son sólo capaces de centrarse en sí mismos y en lo que se llevan a la boca. Estoy aburrido de que luchemos desde que nació el mundo por el multicolor de nuestra bandera, a la que hacemos honor entre los grises y negros de los rincones de la noche para reducir la poca dignidad que tenemos a un cero a la izquierda... Como las ratas, en antros oscuros y plagados de más ratas. Tanto luchar por nuestro amor... Para demostrarlo con mucha promiscuidad y poca ética. Eso... Eso sí es patético...
Pero estoy cansado y aburrido. Yo sé cómo he de actuar. Qué debo hacer. Qué debo sentir, aunque a veces me traicione a mí mismo arriesgando de nuevo... Cuando estoy solo siento un vacío que me carcome por dentro, y que no puedo controlar. Y cuando consigo al fin el complemento de mi alma oscura, estoy mal, desilusionado, porque descubro que no estoy lleno, que me falta algo, que hecho de menos... Y cuanto más invierto, más arriesgo, y más pierdo. Es en esos momentos en los que mi sistema falla. Y es el único momento en el que puedo decir, con toda seguridad: "No sé qué hacer...".
Pero tampoco puedo pedir ayuda, porque sencillamente la otra parte contratante está demasiado ocupada centrándose en sí misma, no viendo el mundo que se mueve delante de sus propios ojos, mi declive, porque no quiere saber más allá de sus propios sentimientos. Y es entonces cuando yo, perro viejo en estos cantares, he de reaccionar y, cuanto antes, mejor, viéndome obligado a tomar medidas desesperadas y egoístas para ocasiones desesperadas e injustas. Es mi propio ultimátum.
Estar con alguien es para bien. Es compartir la vida. Pero, cuando das más de lo que recibes, es cuando falla alguno de esos aspectos que antes eran maravillosísimos, pero que quedaban enmascarados por la fábula del amor. Y que ahora no son sino la razón de tu reconcome diario.
Lo peor de todo es la bola de nieve fría que se va creando a medida que baja la montaña, y que da vueltas y vueltas, recogiendo cada vez más nieve fría... hasta convertirse en un alud que arrasa todo lo que en su paso se entromete y... ¡qué casualidad! Allí estás tú en medio. Y acabas sepultado, frío y aplastado por ti mismo, triste, solo y abandonado...
Sólo escribimos cuando estamos mal, pues, cuando todo va bien... simplemente no es necesario. Todo es genial y no nos preocupa. Es cuando estamos mal de verdad cuando nuestra cabezota tiene que empezar a trabajar por ti. Nos viene la inspiración y tu mano necesita esbozar macabras letras de tinta negra... A veces la mente ejecuta tantos procesos que se obstruye ella sola, y piensa más rápido que la mano, así que se produce un colapso del que tardarás en salir. Pero... ¡déjala! Ya volverá en sí... deja que piense... Algún día te dará tu respuesta. Espera paciente.
Me aburren las indirectas de "loka mala" de la gente. ¿Qué costará llegar y decir las cosas a la cara? No. Es necesario seguir el macabro "Jumanji". Un juego sobre la malicia. Es como matar por la espalda o asesinar con veneno. "Voy dejando migas de pan para que descubras cuánto te odio y sufro, pero no te lo digo". ¿Queremos jugar a jueguecitos? ¡Juguemos pues! ¡A ver quién abandona antes la partida!
¿Sabéis qué es lo peor? Que esta vez no seré yo el perdedor. Sufriré, sí, pero esta vez no volveré a levantar el muro. Se acabó. Hay muchas piedras. Las usaré para reventar todas las cabezas de quienes pretendan volver a atacarme. Estoy aburrido... ¡QUE EMPIECE EL JUEGO!