lunes, 26 de agosto de 2013

MEDIA ETERNIDAD

     Hacía como media eternidad que no me postraba ante el papel y la tinta que, en un pasado que apenas recuerdo, sirvió de refugio y desahogo de mi entonces virgen ignorancia. Lo más banal era catástrofe para mí. Y el amor era la principal meta de mis idealizados sueños de niñato entusiasta e inmaduro. ¡Ay, cuán diferentes serían mis escritos entonces, si hubiera sabido la montaña rusa de sentimientos que quedaba ante mí por recorrer! Todo lo que no lloré en niñez, brota ahora en los momentos más inoportunos. No me apetece recordar todos los baños de los diferentes locales de noche de mis dos ciudades que han tenido que soportar los sollozos que en público no quise mostrar.
     Toda la frialdad que las tragedias de mi vida me habían proporcionado, se desvanecía al instante. El muro que conformaba mi defensa no es más que cascotes grises derribados a bombazos de sensaciones que nunca pude imaginar. "Te has vuelto un blando". Quizás estaba harto de construir un muro sin ventanas. Harto de la fortificación que me aislaba hasta de mí mismo. "Just another brick in the Wall".
     El día que eché abajo todas las piedras, vi cómo entraba la luz. Y era hermosa. El sol lucía en lo alto. Todo era verde ahí abajo. ¡Hay vida! Toda la vida que me quitaron cuando no pude defenderme... Empecé a alimentarme de las cosas hermosas de esa vida... y, poco a poco, a utilizar las piedras de mi muro para construir algo grande, fuerte y duradero...
     Pero no es fácil. Muchas piedras pesan demasiado y, la mayoría, no puedo levantarlas sin ayuda... una ayuda que me canso de esperar... Otros bloques simplemente están demasiado desconchados y no sirven. Y los que consigo colocar, algunos pierden el equilibrio. Y caen.
     Muchas cosas que tuve y que perdí, y que nunca recuperaré. Perdí la ilusión de volver a recuperarlos. Sólo me preguntaba: "¿Para qué?". No me sirven de nada. Ya, ni siquiera, para ese sentimiento de autorealización que antes motivó casi toda mi obra.
     Casi toda la culpa la tiene esta sociedad, que disfraza la injusticia bajo leyes de igualdad. Donde la moral se somete a la lujuria, al deseo y la traición. El egoísmo al servicio del placer personal. Nos pisoteamos unos a otros. Nos devoramos para nuestro propio beneficio o disfrute. Incluso obramos mal por puro aburrimiento. Es lamentable. Yo no me considero mala persona... Nadie lo hace... Pero sé que también hago mal. Soy capaz de matar con dos palabras, resucitar con otras dos, confundir con tan sólo cuatro y morir con ninguna... Es fácil. Piensa sólo en ti... Serás feliz...
     Estoy cansado. Más que cansado, incluso aburrido. Aburrido de las farsas y del qué dirán hipócrita de las personas, si se me permite llamarlas así... De la libertad de un sistema democrático que nos prohíbe nuestro propio sistema...
     Estoy cansado. De todos los maricones, que son sólo capaces de centrarse en sí mismos y en lo que se llevan a la boca. Estoy aburrido de que luchemos desde que nació el mundo por el multicolor de nuestra bandera, a la que hacemos honor entre los grises y negros de los rincones de la noche para reducir la poca dignidad que tenemos a un cero a la izquierda... Como las ratas, en antros oscuros y plagados de más ratas. Tanto luchar por nuestro amor... Para demostrarlo con mucha promiscuidad y poca ética. Eso... Eso sí es patético...


     Pero estoy cansado y aburrido. Yo sé cómo he de actuar. Qué debo hacer. Qué debo sentir, aunque a veces me traicione a mí mismo arriesgando de nuevo... Cuando estoy solo siento un vacío que me carcome por dentro, y que no puedo controlar. Y cuando consigo al fin el complemento de mi alma oscura, estoy mal, desilusionado, porque descubro que no estoy lleno, que me falta algo, que hecho de menos... Y cuanto más invierto, más arriesgo, y más pierdo. Es en esos momentos en los que mi sistema falla. Y es el único momento en el que puedo decir, con toda seguridad: "No sé qué hacer...".
     Pero tampoco puedo pedir ayuda, porque sencillamente la otra parte contratante está demasiado ocupada centrándose en sí misma, no viendo el mundo que se mueve delante de sus propios ojos, mi declive, porque no quiere saber más allá de sus propios sentimientos. Y es entonces cuando yo, perro viejo en estos cantares, he de reaccionar y, cuanto antes, mejor, viéndome obligado a tomar medidas desesperadas y egoístas para ocasiones desesperadas e injustas. Es mi propio ultimátum.
     Estar con alguien es para bien. Es compartir la vida. Pero, cuando das más de lo que recibes, es cuando falla alguno de esos aspectos que antes eran maravillosísimos, pero que quedaban enmascarados por la fábula del amor. Y que ahora no son sino la razón de tu reconcome diario.
     Lo peor de todo es la bola de nieve fría que se va creando a medida que baja la montaña, y que da vueltas y vueltas, recogiendo cada vez más nieve fría... hasta convertirse en un alud que arrasa todo lo que en su paso se entromete y... ¡qué casualidad! Allí estás tú en medio. Y acabas sepultado, frío y aplastado por ti mismo, triste, solo y abandonado...

     Sólo escribimos cuando estamos mal, pues, cuando todo va bien... simplemente no es necesario. Todo es genial y no nos preocupa. Es cuando estamos mal de verdad cuando nuestra cabezota tiene que empezar a trabajar por ti. Nos viene la inspiración y tu mano necesita esbozar macabras letras de tinta negra... A veces la mente ejecuta tantos procesos que se obstruye ella sola, y piensa más rápido que la mano, así que se produce un colapso del que tardarás en salir. Pero... ¡déjala! Ya volverá en sí... deja que piense... Algún día te dará tu respuesta. Espera paciente.



     Me aburren las indirectas de "loka mala" de la gente. ¿Qué costará llegar y decir las cosas a la cara? No. Es necesario seguir el macabro "Jumanji". Un juego sobre la malicia. Es como matar por la espalda o asesinar con veneno. "Voy dejando migas de pan para que descubras cuánto te odio y sufro, pero no te lo digo". ¿Queremos jugar a jueguecitos? ¡Juguemos pues! ¡A ver quién abandona antes la partida!

     ¿Sabéis qué es lo peor? Que esta vez no seré yo el perdedor. Sufriré, sí, pero esta vez no volveré a levantar el muro. Se acabó. Hay muchas piedras. Las usaré para reventar todas las cabezas de quienes pretendan volver a atacarme. Estoy aburrido... ¡QUE EMPIECE EL JUEGO!


martes, 20 de agosto de 2013

MEMORIAS I



Cuando cambias de ciudad, cuando abandonas tu nido para volar a otro que supondrá un nuevo nacer, una oportunidad para resetear tu vida de cero... la emoción y los pajaritos en el estómago apenas te dejan concentrarte.





Pronto descubres que esa ciudad te rodea, y no llegarás a darte cuenta de lo realmente esencial que resultará para tí, tu interior, tu corazón.



Empiezas a ver las cosas desde otra perspectiva, mucho más sana, más abierta, cuanto menos excitante, como nunca antes habías sentido. Todas las imágenes que en tu cabeza se grabarán...

Allí conocerás a mucha gente. Unos te marcarán más que otras. Te llenarán de recuerdos, de amarguras, de sonrisas como nunca imaginaste, con la vida que siempre esperaste y que, cuando creías que ya no la saborearías, allí, surgió.







Después, cada lugar quedará grabado en tu retina, en tu recuerdo, siempre a fuego, y te vendrán a la mente cada uno de los recuerdos, las texturas y los olores que experimentaste. Poco a poco te encontrarás a tí mismo, y, sin que nadie supiera cómo, sonreirás cada vez que pienses en ellos. Resulta todo tan patético como la felicidad que me embarga al escribir estas líneas, y recordar cada acontecimiento, cada persona y cada lugar que alguna vez fueron, y seguirán siento tan importantes como mi vida misma.














Esas cuatro paredes que, a partir de ahora, serían tu refugio, tu búnker, tu guarida secreta... El lugar que cobijará tu nuevo mundo, el mundo que aún quieres esconder, el mundo que soportará tus devaneos, paranoias, pensamientos, estudios, derroche de esfuerzos, noches en vela, llegadas de borrachera, malas experiencias, alegrías, lloros... Ahí estás protegido. No existe el mundo más allá de esas cuatro paredes y, el día que la abandones, sentirás cómo una parte de tí se esconde dentro de sus cimientos. Dejas los dos mejores años de tu vida en ella... Ese color pálido que de buen grado habrías repintado es ahora el fondo de tus recuerdos, recuerdos grises, en color o en sepia, pero recuerdos felices que, cuando estabas allí, nunca pensaste que echarías de menos...








Pasillos largos, muy lúgubres al principio, pero a la par luminosos. Ese olor a humedad, mezclado con el recién pintado de sus paredes... Paredes naranjas que alojarán lo mejor de tí, a la vez que verán tus frustraciones, quejas, gritos, pero también risas. Aquellas paredes que explotarán tu arte como nunca antes lo habías hecho. Sacarán lo mejor de tí y, allí, descubrirás una nueva oportunidad de empezar de cero, de hacer nuevos amigos que no te prejuzguen. Nadie te conoce, así que puedes ser quien quieres ser. "Spielberg" te llamaron. Y ese sería el personaje que interpretarías a partir de ahora. Pero, por una vez, sería a la inversa. Tú, de cero, moldearías ese personaje, haciendo que él sea tú, y no al revés. Puedes ser quien quieres, de cero. Conocerás gente maravillosa, que, sin duda alguna, te alimentarán con todo el arte que ellos también tienen por explotar. Descubrirás quienes merecen la pena y quienes no deben formar parte de tu círculo. Es la ley de la selva. Pero ten claro que, cuando encuentres tu sitio... jamás lo perderás, porque en ellos te hallarás tú... ellos serán tu sitio... perteneces a ese grupo. Por una vez, te sientes identificado como alguien y, lo que es mejor, que tú vales mucho más de lo que hasta ahora habías imaginado. Lo único que puedes hacer es sentirte obligado a dar gracias a todos aquellos que siempre estuvieron allí, disfrutando de todo lo que tenías que ofrecer y ayudándote en todo lo que sufriste. Intentaste que no te vieran llorar nunca, y casi lo consigues... Sólo fueron dos veces en los que te sentiste abandonado y... ¿quienes estuvieron allí cuando te desplomaste, medio borracho, y llorando como un crío, en el local que albergarían bastantes de tus buenos recuerdos? Ellos. Fueron ellos. Siempre ellos.



























(Lo siento, Aza :))





     Finalmente, todo tiene su fin. Te imaginas cómo será la vuelta a casa, y de repente, los kilómetros se vuelven abismo en todos los sentidos. Te alejas de los que han sido tus amigos hasta ahora. Dejas tus costumbres, los desayunos con café amargo de la residencia, la misma cadena de radio que te despertaba cada mañana, la forma en que abrías la ventana al levantarte... Todo eso son suspiros ahora... ¿Dónde quedó? Poco a poco es como si despertaras de la realidad, y poco a poco tuvieras que acostumbrarte a ella como los ojos se acostumbraban a la intensa luz del eterno sol leonés. Las despedidas se hacen eternas y dolorosas, quizás más de lo que lo aparentamos. Miles de ideas cruzan nuestras cabezas, nuevas ilusiones y nuevos recuerdos que quedarán registrados por siempre en tu memoria.
     Piensas en todo lo vivido, los momentos que te hicieron sentir esa euforia que te arrebataron en el pasado todos aquellos que no te quisieron conocer. La graduación, la última noche de despedida con ellos... "Spielberg, deja la camarita". <Lo siento, pero todo lo grabado es parte ahora de mi tesoro. Nunca lo confesé, pero es lo que me queda cuando no os tengo cerca. Me habéis hecho la persona más afortunada del mundo en estos dos años que atrás quedan y, sintiéndolo de nuevo, no lo podéis evitar. Siempre recordaré a Javi y Roci con sus chistes de humor absurdo y, en algunas ocasiones, un tanto... ¿"bruto" es la palabra?, a Adri, su carisma y su... aunque suene raro... peculiar voz. A Tempry y todo el apoyo y el arte que pudo darme cuando lo daba todo por perdido. Ele y su asquerosa forma de ser encantadora. Laura y la forma en la que me hablaba en clase... y fuera de ella... Las nuevas experiencias que me hizo "saborear" y su generosidad en mis momentos delicados. Me acordaré de "Nicole" y la forma en la que nos susurraba al oído. De "Remix" y los quebraderos de cabeza que me dio. Azahara y nuestra peculiar forma de tocarla "el pene". Nunca olvidaré a Chechu y su "Chechumóvil", con el que nos llevaba a todos lados. A Gloria y su "Bugatti", equipado con sus cachivaches y las koreanas dándolo todo. Aunque, parezca broma, recordaré el afán de obscenidad de "deGabriel" y la capacidad de "Anajís" de aguantarle... Siempre recordaré esos ojos azules por los que perdí la cabeza. Los oscuros rincones de la noche leonesa y mi concepto distorsionado de su perspectiva. Los amigos que ya no lo son... y los que sí lo son. Gente con la que me crucé y pasé de largo... Gente con la que me crucé y me quedé... Lo bueno y lo malo del amanecer... Las prostitutas que se veían desde el autobús nada más entrar en la ciudad... El tipo que tocaba el acordeón en la Ancha y su melodía de siempre... El olor a donut al salir de mi habitación por la mañana, la música que me llevaba en la Galocha, el sabor de las sopas de ajo y del pimentón de las patatas... Tengo la terrible sensación de haberme dejado toda una vida... Imagina que nunca has comido un helado. Un día te dan a probar uno. Tan sólo un lametazo es suficiente para descubrir lo maravilloso que puede ser un helado. Apenas pruebas un segundo lametazo, te lo quitan, y no vuelves a comer helado en tu vida. Y sufres. Por su maravilloso sabor, por la experiencia de probarlo... Tan sólo porque nunca más volverás a probar un helado tan bueno como ese... Así me siento yo. Sin embargo, sólo puedo dar las gracias. Las gracias más sinceras que jamás haya dado. Gracias por todo, chicos. Sois demasiado geniales como para olvidaros. Y, tened fé, de que el día de mañana no os olvidaré...> "SI DIOS QUIERE".














LA ÚLTIMA NOCHE...