miércoles, 26 de febrero de 2014

ERRORES

   Todos la liamos de una forma curiosa con más frecuencia de la que nos gustaría. Sin embargo hay quien conserva la capacidad de asumirlo y, ya no digo conseguir, sino intentar redireccionar su actitud. Lo único frustrante es cuando alguien está bastante acostumbrado a errar y a no reconocerlo cuando el daño ya está hecho.
   Y por si no fuera poco, cuando otra persona erra en su perjuicio, es como si se produjera una hecatombe que le será recriminada hasta que pase el suficiente tiempo como para considerar el mal perdonado.
   Yo no soy excepción. Cometo errores, uno tras otro. Pero, por lo menos, considero que poseo las suficientes competencias como para poder retractarme a tiempo, asumiendo que cualquier acto no me exime de culpa. Estas líneas son el resultado de acontecimientos que ya me son demasiado reiterados y la respuesta de haber tenido que soportar historietas de peculiar motivación que han hecho que me aburra de la gente.
   Ahora me categorizo con el adjetivo de "borde". Pero, si soy borde, es porque la gente ya ha sido borde antes que yo, solo que no se dan cuenta hasta que lo soy yo con ellos. Y no les gusta. ¡Qué cosas pasan! Es en ese momento en el que, al ver la paja en el ojo ajeno, no tienen inconveniente en criticar, aún cuando no soy más que el reflejo de ellos mismos. Un reflejo demasiado cansado y aburrido de la bipolaridad de las personas. Como dije hace no demasiado: no puedo decir que "la gente es muy ignorante" sino que "la gente carece de ciertas competencias culturales".
   Quien sea capaz de comprender la contextualización de este escrito y entresacar el verdadero sentido sin atenerse a interpretaciones ambiguas, puede aportar posibles críticas y soluciones al problema planteado. Quien no sea capaz de aportar nada productivo, por favor, abstenerse.
                                 

lunes, 24 de febrero de 2014

VICIOS

   Todos tenemos nuestros vicios. Algunos son sanos a veces hasta interesantes. Otros desearíamos no tener bien porque consumen nuestro tiempo, nuestro cuerpo o nuestro dinero. A veces actuamos sin pensar. Y, a pesar de que sabemos que algo es incorrecto, inadecuado o inoportuno, repetimos esa acción una y otra vez. Cuando los vicios se convierten en adicciones pasa a ser necesidades en lugar de caprichos.
  Después es cuando intentamos convencernos de que no dependemos de nada. Grandes mentirosos... Todos dependemos de todo. Gente que no sabe vivir sin tabaco, sin televisión sin Internet... Y, a pesar de que muchas veces nos encontramos con situaciones que no nos gusta presenciar, volvemos a arriesgarnos para continuar siguiendo la corriente de nuestros vicios.
   Un día de estos, nos vamos a llevar un susto y, sólo cuando ya no hay nada que hacer, despertaremos de nuestro sueño.
         

lunes, 17 de febrero de 2014

COMO POCO, CAFÉ

   Este es mi café de la tarde. Como se entere el camarero de que no tengo con qué pagar me mata. La salida está demasiado lejos. Y él demasiado cerca... El aroma del café sigue en mi boca. Jugueteo nervioso con el papelote del azucarillo. ¡Hecho a correr! No, mejor no... Finjo que miro la hora un par de veces. Tanta gente a mi alrededor y soy incapaz de pasar desapercibido. Miro a mi izquierda. Los de segundo curso que hablan en la mesa. Miro a mi derecha, el técnico de los cachivaches que a veces nos deja la uni. Pero el camarero... Dando vueltas a mi alrededor. Quedan cinco minutos de clase. Tengo que irme. Que sea lo que Dios quiera...

miércoles, 12 de febrero de 2014

ENTRE EL FUEGO DE METRALLA

   Un día nos viene la inspiración y, sin casi darnos cuenta, nuestra vida la empezamos a vivir en fotogramas por segundo. Un beso se nos proyecta a cámara lenta. Cuando estamos al lado de esa persona que tanto nos gusta no nos damos cuenta de que el rollo de película ya ha terminado. A nuestros amigos son primeros planos, nuestros enemigos apenas uno general rapidito, mas a nuestros amores les queremos en un primerísimo primer plano o incluso, dependiendo del contexto, en muchos y lentos planos detalle. Cuando tenemos miedo y nuestra vida se tambalea, tratamos de compensarlo con un bonito aberrante, tal vez en blanco y negro cuando estamos tristes. Los recuerdos más cálidos siempre fueron en sepia, y las clases siempre quisimos que fueran a ochocientos fotogramas por segundo... pero luego nos dábamos cuenta de que no subían de veinticuatro. Recuerdo aquellos campamentos en "Steady". Recuerdo aquellos "travelling" a lo largo de los pasillos de la universidad. Aquellos besos en "slow motion". Aquellos guiones demasiado largos que siempre tenían finales alternativos...

   Y un día... ¡puff! No te das ni cuenta de que no puedes salir de ese mundo. Que la ciudad me da el escenario. Que el sol es suficiente para la iluminación. Que el viento me da la banda sonora de fondo. Y que la cámara me aporta el punto de vista... Y que yo... sólo le doy a grabar.
   Y grabo, y recuerdo, y nunca dejo nada. Cada imagen quema mi retina, una vez tras otra. Algunas veces a veinticuatro fotogramas por segundo. A dieciocho cuando estoy cansado. Lo más dramático lo recuerdo en formato académico y lo que quiero olvidar, me basta con un PAL estándar. Todo queda en mi cabeza. Un rollo de película que, probablemente, no se proyecte nunca... Porque hay planos que me guardo para mí. Sólo lo que muestro es una ínfima parte de la belleza que hay en todo mi celuloide.

martes, 11 de febrero de 2014

HAN PASADO MUCHAS COSAS

   Desde la última vez que escribí, han pasado muchas cosas. Demasiadas. Unas buenas, otras no tanto. Las personas que iniciaron mi blog, han cambiado también, tanto o más que yo. Ahora escribo para reintentar rescatar lo que fue en su momento y que ahora no es. La persona a la que le dediqué sus dieciocho ya no existe. No fue bien. Tranquilos; nadie ha muerto. Simplemente la vida es complicada.
   Desde la última vez que escribí, ya no vivo en la misma ciudad. Adiós, hogar. De nuevo te abandono para emprender una etapa más de mi vida. Esta vez en aquello que llaman "Universidad" y que vuelven a arrancar de mis ojos el arte que son capaces de imaginar.
   Desde la última vez que escribí, he madurado mucho. Demasiado. Incluso cuando creía que no podía madurar más. Pero, al fin y al cabo, la vida te sigue dando los guantazos que un día juraste devolver, y que no pudiste porque, simplemente, te consideras una buena persona, sea verdad, o no. Y aquí estoy. Sufriendo por personas que hacía tiempo que debí olvidar y expulsar de mi vida, porque no se la merecen. En fin... Como siempre digo... Deja que fluya, poco a poco.
   Desde la última vez que escribí, ya no soy lo que fui. He cambiado la "B" por la "V". Lo estático por el movimiento. Y eso me ha permitido conocer gente. Gente que ayuda, pero también indiferente. No obstante, gente genial que ni me imaginé, y que poco a poco, van cultivando mi experiencia como VideoBlogger. Viajes, risas, anécdotas, sentimientos, experiencias. Nunca rechazaré nada si, para bien o para mal, enriquecen de algún modo lo que soy ahora.
   Desde la última vez que escribí, sí, lo reconozco, no puedo decir que haya mejorado como persona. Soy más rudo con la gente, intolerante con los que me perjudican, precavido con los que me quieren, si los hubiere. Lo lamento. Es el momento de que descanse. Para todo hay un proceso. Te hieren, te recuperas, te vuelven a herir, y te tienes que recuperar de nuevo. Con todas sus consecuencias.
   Desde la última vez que escribí, pido perdón a todos aquellos que me quieren, o que quieren quererme, por no poder ser más transparente, más cálido. Ahora me toca ser egoísta. Ya he dado demasiado. Aunque no es eso lo que me importa. Me considero generoso. Me gusta dar y compartir, sobre todo experiencias. Lo que me resulta insultante es que, para la gente, lo hago en vano. Y dar todo lo mejor de tí en vano es realmente frustrante. Es por ello que no volveré a dar nada hasta que considere que se me haya devuelto todo lo que me han "arrebatado", entre otras cosas, el corazón.
   Hasta entonces... Buenas noches, y buena suerte.