viernes, 25 de abril de 2014

PERDIDO

   No puede haber una fotografía. Los vídeos siguen ocultos. Como mi corazón, oscuro y perdido. Un día realizas una llamada telefónica. Siete días después nada vuelve a ser lo mismo. Fuiste exageradamente feliz, pero sentiste demasiadas cosas. Y el corazón tiene apenas unas venas para canalizarlo todo. Así que no puede con ello. Y sigue dando vueltas por la cabeza.
   Sigo sin ser capaz de procesar. Nada saldrá de aquí. Lo guardaré todo en mi sótano húmedo y oscuro. Cerraré la puerta y, esta vez, tiraré la llave. Lejos de mí, con la esperanza de que un día alguien la encuentre y pueda abrirla. Sin miedos. Sin temores.
   Una enorme jarra de cerveza, chorreando espuma. Que refesca en el momento, se saborea después, y se abandona a la hora de pagar. Y queda sola, encima de la barra, como si no hubiera pasado nada. Sólo que ahora la cerveza está vacía.
   Nunca aprenderé, que no se puede ir por la vida tomando cervezas. Nunca habrán de beber de la mía.

       

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