lunes, 17 de febrero de 2014

COMO POCO, CAFÉ

   Este es mi café de la tarde. Como se entere el camarero de que no tengo con qué pagar me mata. La salida está demasiado lejos. Y él demasiado cerca... El aroma del café sigue en mi boca. Jugueteo nervioso con el papelote del azucarillo. ¡Hecho a correr! No, mejor no... Finjo que miro la hora un par de veces. Tanta gente a mi alrededor y soy incapaz de pasar desapercibido. Miro a mi izquierda. Los de segundo curso que hablan en la mesa. Miro a mi derecha, el técnico de los cachivaches que a veces nos deja la uni. Pero el camarero... Dando vueltas a mi alrededor. Quedan cinco minutos de clase. Tengo que irme. Que sea lo que Dios quiera...

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