miércoles, 26 de febrero de 2014

ERRORES

   Todos la liamos de una forma curiosa con más frecuencia de la que nos gustaría. Sin embargo hay quien conserva la capacidad de asumirlo y, ya no digo conseguir, sino intentar redireccionar su actitud. Lo único frustrante es cuando alguien está bastante acostumbrado a errar y a no reconocerlo cuando el daño ya está hecho.
   Y por si no fuera poco, cuando otra persona erra en su perjuicio, es como si se produjera una hecatombe que le será recriminada hasta que pase el suficiente tiempo como para considerar el mal perdonado.
   Yo no soy excepción. Cometo errores, uno tras otro. Pero, por lo menos, considero que poseo las suficientes competencias como para poder retractarme a tiempo, asumiendo que cualquier acto no me exime de culpa. Estas líneas son el resultado de acontecimientos que ya me son demasiado reiterados y la respuesta de haber tenido que soportar historietas de peculiar motivación que han hecho que me aburra de la gente.
   Ahora me categorizo con el adjetivo de "borde". Pero, si soy borde, es porque la gente ya ha sido borde antes que yo, solo que no se dan cuenta hasta que lo soy yo con ellos. Y no les gusta. ¡Qué cosas pasan! Es en ese momento en el que, al ver la paja en el ojo ajeno, no tienen inconveniente en criticar, aún cuando no soy más que el reflejo de ellos mismos. Un reflejo demasiado cansado y aburrido de la bipolaridad de las personas. Como dije hace no demasiado: no puedo decir que "la gente es muy ignorante" sino que "la gente carece de ciertas competencias culturales".
   Quien sea capaz de comprender la contextualización de este escrito y entresacar el verdadero sentido sin atenerse a interpretaciones ambiguas, puede aportar posibles críticas y soluciones al problema planteado. Quien no sea capaz de aportar nada productivo, por favor, abstenerse.
                                 

No hay comentarios:

Publicar un comentario